“Melancholia” O el fallo del Discurso del Amo, la psicosis melancólica y el goce.

Por Marguerite Gleeson

Fuente de la foto: www.imdb.com Melancholia (2011, photos)

Consideraciones para la lectura:

Melancholia es una película del 2011 de Lars Von Trier, drama de ciencia ficción en la que un hermoso planeta azul llamado Melancholia está por chocar con el planeta Tierra acabando la vida que en ella habita. Mientras tanto acontece la boda entre Justine (Kristen Dunst) y Michael (Alexander Skarsgård) en una preciosa propiedad. La parte uno “Justine” sigue predominantemente los eventos de la fiesta de la boda y la parte dos “Claire” (Charlotte Gainsbourg) siguen la vida posterior a la boda.

Para los y las cinéfilas que lean esto cabe aclarar que este corte es exclusivamente sobre esta película, excluyendo el contexto de la Depression Trilogy. Si no has visto la película, no leas el texto aún.

La experiencia de ver la película que se suscitó como sugerencia de trabajo de cártel del objeto a, me ha dejado muy claro que cada una de nosotras encuentra diferentes migajas en las obras artísticas. Este texto es un esfuerzo de revelar tres de las mías: qué acontece cuando falla el discurso del amo, cuáles son los rasgos de la psicosis melancólica en Justine y dónde está el goce.

I El Discurso del Amo

Lacan elaboró su teoría de los Discursos en el Seminario 17, El Reverso del Psicoanálisis (1969-1970) en donde distingue cuatro discursos: del amo, de la universidad, de la histeria, del analista.

Con la combinatoria de los elementos el agente, el Otro, la verdad y el producto, conectados en una serie de flechas.

Como elucidó Esperanza Molleda en su clase 1 de la Tétrada (2023-2024) sobre el texto Esfuerzo de Poesía de J. A. Miller, el Discurso del Amo nos habla del poder del significante- De cómo un significante representa a un sujeto para otro significante. Este poder lo que da es: “el poder que siempre es poder significante; el significante que es la sustancia del poder; la fuerza surge del significante cuando este es emitido desde un lugar significado como de poder y el poder es el poder sobre el significante” [1]. En otras palabras, permite que el S1 quede paralizado y capturado en su “yo soy esto” [2].

Pero ¿qué pasa cuando el Discurso del Amo falla?

En la película Keiffer Sutherland actúa el papel de John, el esposo de Claire. No se sabe mucho sobre él, pero se nos dan algunas pistas: John “siempre investiga cosas” [3] y John es “asquerosamente rico y necesita callarse la boca al respecto”. Dos quehaceres ocupan a John durante la película: por un lado, es el que intenta garantizar el “la fiesta debe continuar” interviniendo desde un no-deber-parar y, por otro lado, absorto por el paso del planeta Melancholia. Su interés en el planeta se suscita por ser un fenómeno singular y científico, los científicos han calculado y él ha verificado que el trayecto del planeta Melancholia pasará cerca de la Tierra causando algunos fenómenos extraños – cambios de clima, cambios en la presión atmosférica, etc. – pero al final zarpará evitando chocar contra la tierra.

Claire, su esposa, en contrapunto, padece terrible angustia y en ocasiones señales de pánico, tanto así que se dirige al pueblo a comprar una alta dosis de ansiolíticos. Al esconderlos en un cajón, John le dice “¿nos vas a matar a todos?” a lo que ella responde “no los toques”. Pero, John es un hombre que confía en los cálculos y ante la angustia que sufre su esposa Claire, él está ahí para reafirmar y asegurarle que está convencido que el planeta no sucumbirá.

A pesar del carísimo y enorme telescopio que John ha traído al lugar del evento, es el hijo quien construye un artefacto genial y simple – un palo con un alambre – para determinar la proximidad del planeta a la tierra y es este artefacto el que confirmará después que, tras haberse alejado de la tierra brevemente, nuevamente Melancholia se dirige directamente a estallar contra ella.

La pregunta era entonces ¿qué pasa cuando el Discurso del Amo falla?

John inicia con la seguridad que tiene sólo alguien que ha sido capturado por el Discurso del Amo, así puede simplemente observar el fenómeno hermoso y ayudado por la ciencia, que ama dar significantes singulares, logra taponear la falta. Sin embargo, vemos dos señales de la duda:

  • John mismo primero compra suministros como lámparas de gas, botellas de agua, como muchos lo hicieron en COVID-19, ante la duda.
  • Y luego en voz de Claire: “¿y qué si tus científicos mal-calcularon?”

Estas dudas pueden indicar la barra que atraviesa al Otro (A)que no lo sabe todo y que no puede responder a todo.

El ápex de la trayectoria del planeta sucede posterior a la boda cuando están reunidos John, su esposa Claire, su hijo Leo y su cuñada Justine, para admirarse del fenómeno. En algún momento John se retrae, comienza a tomar nuevamente notas en su cuaderno, a asomarse por su gigante telescopio y sirve una copa de champagne brindando “a la vida”. La esposa sabe que algo no va bien con este brindis, pues brindar a la vida es a veces reconocer la muerte. Y él sólo logra decir “cuando estás lidiando con la ciencia tienes que dar cuenta de un margen de error” (A). En el cambio de escena descubrimos que John se quitó la vida.

Cuando se habita el Discurso del Amo y se tiene una supuesta firmeza sobre el “yo soy esto” el riesgo es doble:

  1. Primero que ese ese sujeto barrado (S) que se encuentra por debajo de la barra, no se acceda jamás. Stijn Vanheule lo explica muy bien al decir que en el discurso del Amo “al final (…) subraya el hecho de que no existe esperanza de que la división subjetiva jamás pueda ser trascendida, o que el malestar pueda resolverse si (sólo) nos dirigimos al goce a través del lenguaje, que es lo que típicamente hacemos.” [4]
  2. Segundo, que cuando el significante Amo que sostiene esa identificación subjetiva cae, se corre el riesgo que así también caiga el objeto a, y entonces la vida misma peligra, resultando aquí en el pasaje al acto de John.

II La psicosis melancólica de Justine

“La tristeza es para mí el tiempo más feliz, cuando una ciudad brillante se eleva de las ruinas de mi mente embriagada. En aquellos momentos en los que estoy silencioso e inmóvil como la tierra, el trueno de mi rugido se escucha a través del universo” [5] – Rumi, poeta Sufi mistico del siglo XIII

En Duelo y Melancolía (1917) [6], Sigmund Freud esclarece las 3 precondiciones necesarias para la presencia de una melancolía:

  • La pérdida del objeto
  • Una ambivalencia constitucional
  • La regresión de la libido al ego, es decir que involucra una identificación narcisista

El aspecto melancólico de Justine es más fácil de identificar a lo largo de la película. Rescato aquí aquellos más claros ejemplos:

  • En la cena de la boda, la mirada de Justine se pierde de repente en el horizonte y la hermana Claire, siempre super-vigilante a las recaídas de su hermana y lista para responder e intentar apuntalarla, la separa de la fiesta para decirle con claridad “no queremos ninguna escena esta noche (…) sabes a lo que me refiero”. Más tarde la hermana le dará de beber grandes cantidades de alcohol directamente de una botella en lo que parece un esfuerzo de re-vivirla. 
  • Posterior a la boda, Justine no puede ni ponerse en pie, es asistida por su hermana hasta para entrar a la tina a recibir un baño.
  • Para intentar sacarla de su estupor casi catatónico, Claire cocina su platillo favorito, pero a Justine la comida le “sabe a cenizas”.

Varias escenas muestran que la estructura de Justine es incapaz de apegarse a los rituales sociales, como si estos no tuvieran valor. ¡Y claro! pues para que un ritual social tenga valor el sujeto tiene que estar inscrito en el registro simbólico, que es un registro que no está anudado en la estructura de la psicosis, de la forma en la que en la neurosis permite la creencia en ellos. En esto, Justine comparte el rasgo con su madre, Gaby, quien tampoco logra lidiar de forma socialmente adecuada en la boda. Esto es evidenciado en su brindis a los novios diciendo “yo misma odio las bodas, especialmente cuando involucran a algunos de los miembros más cercanos de mi familia”.

El dialogo siguiente sucede entre Justine y su madre, Gaby, y es un intento de Justine de pedirle ayuda a su madre:

Justine: Tengo un poco de miedo
Gaby:  Yo tendría muchísimo miedo si fuera tú.
Justine: No. Esto es algo distinto. Tengo miedo, mami. Tengo dificultad de caminar correctamente.
Gaby: Aún puedes tambalearte, ya veo. Así que sal de aquí tambaleándote. Deja de soñar, Justine.
Justine: Tengo miedo.
Gaby: Todos lo tenemos, cariño. Simplemente olvídalo. Vete de aquí.

Padre y madre de Justine fracasan de formas distintas en poder ayudarla.

Freud describió características de la presentación clínica de la melancolía, de entre las cuales destaco: “una desazón profundamente dolida, una cancelación del interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de toda productividad (…)” [7]

También tenemos las propias palabras de Justine dirigidas a su hermana, para intentar explicar cómo se siente: “Estoy caminando penosamente a través de este hilo de lana gris. Se enrosca en mis piernas, es muy pesado para arrastrarlo sola.”

Vemos en estas escenas lo que Freud describió como “la caída de la sombra del objeto sobre el yo” [8] que en lo sucesivo se considerará a sí mismo como un objeto abandonado.

Aunque las películas no pueden dar un retrato nítido exhaustivo diagnóstico pues no es este su propósito, es importante mencionar que no encontré señales ni de la “delirante expectativa de castigo” [9] ni de los “autorreproches y auto denigraciones” [10] (ni enmascarados en el discurso sobre sí misma, ni dirigidos a los otros), de los que habla Freud. Y aunque sí parece ser “una martirizadora en grado extremo” [11] impidiendo que la boda avance, con atrasos y ausencias, no observé el rasgo de mostrarse “afrontada (…) como si hubiera sido objeto de gran injusticia” [12].

Las “escapadas” que la hacen una martirizadora en grado extremo son: primero cuando toma un carrito de golf para ir a miccionar en el green; la segunda donde tiene relaciones sexuales con Tim, una nueva contratación de la empresa donde trabaja. Martiriza tanto al “planeador de bodas más caro de la historia” que este, tras los frecuentes atrasos espeta “arruinó mi boda, me rehúso a verla”; la hermana Claire también le dice “realmente te odio a veces”.

Una escena adicional de “escapada” es cuando Justine, posterior a la boda, sale desnuda en la madrugada a recostarse por el riachuelo ante la luz azul del planeta Melancholia en una escena con rasgos autoeróticos.

¿Son estas “escapadas” indicaciones de manía?

El texto de Duelo y Melancolía desafortunadamente nos deja sumamente abreviado el aspecto de la manía, donde Freud enlista que puede ser parte del cuadro melancólico y que presentaría “señales de buen humor, emociones alegres y la disposición para todo tipo de acción”.

A primera vista pensé que sí eran señales de una manía, pues podrían parecer una liberación breve de la causa del sufrimiento y que entonces se lograba una fuga más enérgica en estas distracciones. Sin embargo, debo concluir que son más bien un acting out que apunta a demostrar la “mierda” que está por ahí detrás del dinero puesto en la boda, del sin-valor del ritual social y del nuevo matrimonio que al disolverse (por motivos no explicados en la película), Justine le dice a su esposo “pero en serio Michael, ¿qué esperabas?”.

III ¿Dónde está el goce?

Hay un goce fálico y, por ende, superyóico que está en el mandato de “¡goza!” que se le intenta imponer durante la fiesta a Justine.

En palabras de su cuñado John:

“más te vale que estés feliz maldita sea (…) ¿tienes idea de cuánto me costó esta fiesta? ¿un estimado si quiera? (…) creo que deberías (saberlo), mucho dinero, una cantidad colosal, de hecho, para la mayoría de las personas una fortuna (…) será dinero bien gastado si tenemos un trato (…) que serás feliz.”

En palabras de Fabian Schejtman el goce fálico se identifica en la voz: “¡vamos, un esfuerzo más… que casi lo logras esta vez!¡Sigue participando! Así los gruesos zapatones del superyó no pueden ocultarse enteramente tras las cortinas. Mofándose del pobre sujeto le exige un goce tan imposible como infinita la carrera a la que lo obliga.” [13]

Es verdad que al ser un caso de psicosis el objeto a está en todo caso en el bolsillo de Justine, pero no se puede negar la asfixiante demanda de gozar que se le impone a lo largo de la fiesta.

Por otro lado vemos el goce del síntoma de Justine, este goce del síntoma “da cuenta del carácter resistente y duradero del síntoma, en oposición a la fugacidad del lapsus, del chiste, de las formaciones del inconsciente, de las que el síntoma se aparta.” [14]

En el síntoma melancólico Justine se deja cobijar por esa mortificación de no pararse de la cama, no poder bañarse sola, no desear comer y al intentar comer, probar sólo cenizas; es una entrega al goce del síntoma. Ya Freud en Duelo y Melancolía señala con respecto al cuadro de la melancolía “esta foto de un delirio de inferioridad (principalmente moral), se completa con insomnio y un rechazo a nutrirse (…) por el desfallecimiento del instinto que obliga a todo ser viviente a aferrarse a la vida.” [15]. Esta fijeza demuestra la forclusión, que más tarde Lacan elucidará como “un desorden provocado en la juntura más íntima del sentimiento de la vida” [16]

Una forma excelente de captar esto es en palabras de Carmen Cuñat, en su extracto de la conferencia Todo el Mundo es Loco. Cuñat escribe:

“¿Qué es la vida? No lo sabemos. Lacan la sitúa en el orden de lo real. La vida para el parlêtre es deudora del goce causado por el significante y necesita de una extracción (pequeño a) para ser vivible. Para algunos un serre-joint (abrazadera) que anude goce, cuerpo y lenguaje.” (17).

Es esta juntura la que no está presente para Justine.

La extraña calma de Justine ante la inminente destrucción del planeta en contraste a la caótica angustia de la hermana Claire, y particularmente la antes mencionada escena autoerótica bajo la luz de Melancholia, muestran el goce en sintonía con la muerte.

Valdría la pena entonces continuar indagando si la muerte misma, aunque pertenece al registro real, es algo que el melancólico aprehende mejor que nadie desde su yo mortificado.

NOTAS Y REFERENCIAS

1 Clase 1 de Esperanza Molleda sobre Esfuerzo de Poesía en la Tetrada 2023 – 2024. Cita de mis notas.

2 Íbid

3 Todas las citas de diálogo de la película Melancholia (2011) película de Lars Von Trier, estarán entrecomilladas y son traducciones mías del inglés.

4 Vanheule S (2016) Capitalist Discourse, Subjectivity and Lacanian Psychoanalysis. Front.Psychol.7:1948. doi:10.3389/fpsyg.2016.01948. La traducción es mía.

5 Rumi, https://www.azquotes.com/author/12768-Rumi/tag/sadness. La traducción es mía.

6 Freud, S. The Standard Edition of the Complete Psychological Works of Sigmund Freud, Vol. XIV (1914 – 1916). Mourning and Melancholia (1917), pp.239-258. Las traducciones son mías.

7 Íbid. p.244

8 Íbid. p.249

9 Íbid. p. 244

10 Íbid

11 Íbid p.248

12 Íbid

13 Schejtman, F. Teoría de los goces en Jacques Lacan, El psicoanálisis y su aporte a la cultura contemporánea Eds: Miriam Chorne y Gustavo Dessal. p.231

14 Íbid p.232

15 Freud, S. The Standard Edition of the Complete Psychological Works of Sigmund Freud, Vol. XIV (1914 – 1916). Mourning and Melancholia (1917). p.246.

16 Lacan, J., “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, Escritos 2. Buenos Aires, Siglo XXI editores, 2003, p. 540.

17 Varios. PDF de Todo el Mundo es Loco, Scilicet, Grama Ed. IV. El Sentimiento de la Vida, Carmen Cuñat. p.55