Algunas reflexiones en torno a la “histeria rígida”

Por Katie Abril Bosch.

Lacan propone la histeria rígida, en el capítulo VII del seminario XXIII, para ilustrar su enseñanza. Mi intención es analizar las diferencias entre el nudo borromeo que propone en la pág. 48 y el nudo de la histeria rígida de la pág.105 para sacar algunas consecuencias.

El Nombre-del-Padre en la primera enseñanza de Lacan

Al principio de este seminario, Lacan dice que es heredero de la lógica del inconsciente que Freud descubrió y que puso bajo la ley del Edipo. Así, para Lacan, desde su primera enseñanza hasta el Seminario X La angustia, hay una preeminencia de lo simbólico. El significante del Nombre-del-Padreanuda lo simbólico produciendo la significación fálica, no obstante, este anudamiento ya incluye lo real, dado que la ausencia de metáfora paterna está en el origen del fenómeno psicótico como retorno en lo real de lo forcluido en lo simbólico, además, la metáfora paterna “localiza el goce” [1]. Su proposición “el inconsciente está estructurado como un lenguaje” [2] evidencia esta preeminencia simbólica. Sin embargo, en este seminario tal como señala E. Laurent, Lacan propone “otra cosa que el inconsciente freudiano” [3], lo veremos enseguida.

El sinthome en la última enseñanza de Lacan

Esta otra cosa es la entrada de lo real en la estructura misma, como el orden que crea la existencia al anudarse con los otros dos: lo simbólico (que contiene el agujero) y lo imaginario (como consistencia). El anudamiento borromeo requiere de un “cuarto” [4] elemento que es el nudo en sí mismo. Este cuarto elemento, Lacan, lo denomina sinthome yexplicita: “La estructura no quiere decir otra cosa que el nudo borromeo” [5]. Aquí la intervención de lo real en el nudo es esencial, porque el nudo mismo es real: “Desde luego que lo real no puede ser solo uno de esos redondeles de cuerda. La manera de presentarlos en su nudo de cadena, es lo que constituye enteramente lo real del nudo” [6]. El nudo incluye: el objeto “a” en la intersección de los tres registros, el goce del A barrado que no existe entre I y R, el goce fálico entre S y R, el sentido entre S e I y el síntoma, que adquiere un papel esencial en este momento de su enseñanza que anuda lo simbólico a lo real (zona sombreada) y a lo imaginario.

Nudo borromeo. Lacan J. El sinthome, pág.48 y 70

El síntoma

En este sentido, Lacan formula que el síntoma es necesario en el sinthome: “Plantear el lazo enigmático de lo imaginario, lo simbólico y lo real implica o supone la existencia del síntoma” [7]. En el síntoma el padre no está como significante del Nombre-del-Padre ya que si ocupa este lugar “empuja el sujeto a la psicosis” [8], sino “como un modelo de la función de síntoma” [9] “sola garantía de su función de padre” [10], continua Lacan: “Un padre no tiene derecho al respeto, sino al amor, más que si el dicho amor, el dicho respeto está – no van a creerle a sus orejas – père-versement- [11] orientado, es decir hace de una mujer, objeto (a) que causa su deseo” [12]. Este padre ha de ser “cualquiera” [13], “poco importa que tenga síntomas, si añade a ellos el de la perversión paterna” [14], pero, “según como se ocupe ese lugar, eso trae como efecto la admisión del Nombre-del-Padre o bien el de su Verwerfung (rechazo)” [15]. El padre es un modelo, no de identificación simbólica, sino de cómo hacer con el goce, puesto que no hay un modo universal de hacerlo para los hablantes.

De la metáfora paterna a la marca del lenguaje sobre el cuerpo.

En definitiva, hemos pasado del nudo como metáfora paterna, como anudamiento entre S e I, al nudo producido a partir de la nominación del goce. Lacan juega con el “sin” [16] de sinthome, que quiere decir pecado en inglés. “Lacan reinterpreta la falta como la marca, S1” [17] del lenguaje sobre el cuerpo. En relación a la metáfora, Lacan expone en este momento de su enseñanza: “La diferencia que hay entre la metáfora y la estructura es que la metáfora está justificada por la estructura” [18], el nudo, la nominación del goce es primero, la metáfora viene después.

El falo

En la primera enseñanza de Lacan, el falo se encontraba en la metáfora paterna, como una significación, entre dos significantes, deseo de la madre (DM) y Nombre-del-Padre. En esta última enseñanza, E. Laurent resalta la nueva concepción del falo que da título a este capítulo del seminario XXIII, «De una falacia que es testimonio de lo real». E. Laurent señala que el falo ocupa “(…) una nueva posición, por fuera de la metáfora paterna” [19] y continúa en el mismo texto: “(…) el falo es un semblante que es testimonio de lo real”, el falo conecta simbólico y real.

De la ley universal, al sinthome particular

De este modo, Lacan propone al comienzo del seminario “el hombre se distingue de lo que parece la ley de la naturaleza” [20]. La naturaleza tiene leyes universales como la ley de la gravitación, por ejemplo, o el instinto, que hace que todos los individuos de la misma especie se apareen de la misma forma. En esta línea Freud inventó la “ley del Edipo que era universal y regía el comportamiento humano para todos y la castración” [21]. Esta ley paterna que origina la represión la explica muy bien Juan Carlos Indart [22]. Sin embargo, en este seminario, Lacan toma en consideración “la inexistencia de la no relación sexual” [23], este real lo incluye el padre en su síntoma al hacer de una mujer el objeto causa de su deseo. Este real es incluido en el síntoma de cada cual y por lo tanto en el sinthome. Veremos más adelante el esfuerzo de C. Linspector por nombrar este real. Cada cual ha de encontrar una manera de tratar su real a través de su síntoma particular. Esto permite pasar de una clínica discontinua del déficit a una clínica de las soluciones para cada uno. Lacan durante su conferencia “Consideraciones sobre la histeria” de 1977 en Bruselas, expuso lo siguiente:

“Hay todo un mundo entre el uso de los significantes y el peso de la significación, la forma en que opera un significante. De eso se trata en nuestra práctica: de abordar cómo operan las palabras. Lo esencial de lo que dijo Freud es que, en una especie que tiene palabras a su disposición, existe la mayor relación entre el uso de las palabras y la sexualidad que reina en esa especie.” [24]

A partir de este párrafo vemos como Lacan señala el síntoma de cada cual, que es la marca significante (S1) que escribe una modalidad particular de goce, de real, sobre el cuerpo. Eric Laurent lo expresa también muy claramente: “Ese síntoma, en la medida en que es presencia del significante del Otro en uno mismo, es marcación, corte. En ese lugar se produce el surgimiento traumático del goce.” [25] Esta marca de goce sobre el cuerpo, S1a, se encuentra en el sinthome, es decir, cuando existe el cuarto elemento en el nudo.

A lo largo del seminario 23, Lacan ensaya múltiples nudos y se sirve fundamentalmente de Joyce. El hecho de haber visto la representación: Le portrait de Dora, de su amiga Hélène Cixous inspirada en el caso de Freud, le induce a proponer un anudamiento nuevo, el de “la histeria rígida” para esta nueva Dora.

La histeria rígida

Lacan en el capítulo VII, hace referencia a Le portrait de Dora [26] obra que en el momento en que dicta su seminario está en cartel y que recomienda a sus alumnos. Lacan compara la Dora de Freud con la Dora de Cixous. A la Dora de Freud la llama “histeria incompleta”, que es aquella que su síntoma es interpretable y cuya referencia es el NP o el sinthome, según el momento de la enseñanza de Lacan en el que nos situemos. En la Dora de H. Cixous Lacan plantea que: “Le falta este elemento que se le añadió desde hace algún tiempo, a saber, cómo debe ser interpretada. Esto produce algo sorprendente y muy instructivo. Es una especie de histeria rígida” [27]. Dice que es la “realidad” de “las repeticiones” lo que cuenta. En la Dora de Cixous los síntomas no son interpretables a falta de anudamiento, sea por defecto del Nombre-del-Padre según la primera enseñanza, sea por falta del cuarto elemento, el sinthome, en términos del seminario XXIII. En la pág. 105, propone una cadena con los tres registros, R, S e I, representados por rectángulos en lugar de círculos, sin el cuarto que es el nudo real del que acabamos de hablar, la cadena se mantiene sola, es una estructura rígida. ¿Qué es lo diferente en la Dora de Cixous? Entre otras cosas falta la marca de goce sobre el cuerpo por lo que el goce estará deslocalizado, en contraste con la tos de la verdadera Dora, faltará la repetición significante [28] en este caso señala Lacan: “es la realidad -de las repeticiones, por ejemplo- lo que ha dominado a los actores” [29] y además, al no haber marca de goce, no habrá represión y la estructura estará por fuera del sentido.

Desde el punto de vista de la dirección de la cura nos interesa el siguiente comentario de J-C Maleval:

“Cuando el goce no está reprimido, -por un S1- en vano se tratará de interpretarlo, e incluso puede resultar nocivo hacerlo, pero es posible permitir que el sujeto lo elabore. De esta forma la practica con psicóticos se modifica y queda orientada hacia una moderación del goce cuya finalidad es permitir la elaboración de suplencias”. [30]

Continua J-C- Maleval:

“(…) Lacan deja una teoría de la psicosis que no es definitiva, sino que está en plena evolución. (…) no llego a despejar lo que en 1977 llamó el “otro centramiento” que esperaba para renovar el abordaje de la cura.” [31]

El “otro centramiento” debemos entenderlo como una restauración del nudo que limite el goce.

Un ejemplo de histeria rígida

Eric Laurent en su conferencia de Lausana [32] propone como paradigma de histeria rígida a la escritora brasileña Clarice Linspector. En su primera novela, Cerca del corazón salvaje, esta escritora relata a modo de “ficción” [33], lo que para ella fue el “encuentro traumático” [34] con la no relación sexual presente en todo ser hablante. Veamos un fragmento:

“Cuando Octavio la besó y le tomo las manos, Joana se mordió los labios llena de rabia porque todavía no sabía con qué pensamiento vestir esa sensación violenta, como un grito que le subía desde el pecho hasta atontarle la cabeza. Lo miró sin verlo, los ojos nublados, el cuerpo sufriente […] el cuerpo le pesaba, existía más allá de ella como un extraño […] Caminaba de un lado al otro, perpleja ante el cambio. Cargo consigo el cuerpo enfermo, un herido incómodo día tras día. Sobre todo, sufría de incomprensión, sola, atónita […] después se sintió como si hubiese regresado a sus verdaderas proporciones, menuda, marchita, humilde. Serenamente vacía. […]. Estaba lista. Entonces fue a buscarlo. Se casó. El amor vino a afirmar todas las viejas cosas de cuya existencia apenas tenía noticia, sin jamás haberlas aceptado ni sentido. El mundo giraba bajo sus pies, había dos sexos entre los humanos” [35]

En este párrafo vemos la imposibilidad del sentido: “no sabía con qué pensamiento vestir esa sensación” para nombrar los efectos de este encuentro y la deslocalización del goce a través de todos los síntomas que manifiesta en el cuerpo. No obstante, hay un anudamiento a través de la escritura, que le ha dado un lugar como una gran escritora brasileña, a este respecto escribe su biógrafo Benjamín Moser:

«El intento de atrapar el símbolo de la cosa en la cosa en sí, la posibilidad de unir el símbolo a la cosa, de reconectar el lenguaje con la realidad y viceversa, no es un emprendirniento intelectual o un desafío artístico para Lispector. Está íntimamente conectado con los reinos sagrados de la sexualidad y la creación” [36]

Aquí vemos el trabajo de C Lispector para anudar simbólico y real. Un sujeto se constituye a partir del anudamiento siempre particular entre los tres registros, puede haber un cuarto elemento o no, y el nudo puede ser borromeo o no, más estable o menos. Un análisis puede ayudar a restaurar un nudo que se deshace y así limitar el goce.

Notas

[1] Miller J-A., y otros. (1999). Los inclasificables de la clínica, p.320, Buenos Aires: ICBA

[2] Lacan J. (1997). Seminario libro XI, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, p. 28. Buenos Aires, Paidós

[3] Laurent E. (2012). Conferencia «El Sinthome», Lausana, en Psicoanálisis inédito. http://www.psicoanalisisinedito.com

[4] Lacan J. (2008). El seminario, Libro XXIII, El sinthome, p.20. Buenos Aires: Paidós

[5] Mazzuca R., Schejtman F., Zlotnik. (2000). Las dos clínicas de Lacan, p.75. Buenos Aires: Tres Haches

[6] Lacan J., El seminario libro XXIII, El sinthome, opus cit., p. 105

[7] Ibíd.., p. 20

[8] Mazzuca R.y otros. Opus cit. p.78.

[9] Lacan J., “El seminario libro XXII, RSI”, clase del 21 de enero de 1975, inédito, traducción propia.

[10] Ibid.

[11] La palabra es homofónica con perversión, pero en el Seminario XXIII, la nota 13, p. 20 lo traduce como padre-versión

[12] Lacan J., “El Seminario libro XXII, RSI”, clase del 21 de enero de 1975, traducción propia, opus cit.

[13] Mazzuca R., y otros, Las dos clínicas de Lacan, opus cit., p. 110

[14] Lacan J., “El Seminario libro XXII, RSI”, clase del 21 de enero de 1975, traducción propia, opus cit.

[15] Mazzuca R., y otros, Las dos clínicas de Lacan, opus cit., p. 110

[16] Lacan J., El Seminario libro XXIII, El sinthome, opus cit., p. 13.

[17] Seminario de investigación de Marret-Maleval S. Curso 2019-2020. Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de Paris 8, clase 1.

[18] Mazzuca R., y otros, Las dos clínicas de Lacan, opus cit., p. 75

[19] Laurent E. (2013) “Hablar con el propio síntoma hablar con el cuerpo” en VI Encuentro Americano de psicoanálisis de Orientación Lacaniana, XVIII Encuentro Internacional del Campo Freudiano. http://www.enapol.com/es/template.php?file=Argumento/Hablar-con-el-propio-sintoma_Eric-Laurent.html

[20] Lacan J., El Seminario libro XXIII, Opus cit., p. 13.

[21] Seminario de investigación Marret-Maleval S., 1ª clase, curso 2019-2020.

[22] Indart J.C. (2014). De la histeria sin nombre del padre, p. 16. Buenos Aires: Grama,

[23] Seminario de investigación Marret-Maleval S., 1ª clase, curso 2019-2020

[24] Lacan J. (1977) “Consideraciones sobre la histeria”, en Quarto nº 90. (2007), pp.8-11. Bruxelles: ECF, [25] Laurent E. “Hablar con el propio síntoma hablar con el cuerpo”, opus cit.

[26] Cixoux H. (1976) Le portrait de Dora, Paris : Editions des femmes.

[27] Jacques Lacan, Seminario libro XXIII El sinthome, opus cit., p. 104.

[28] Lacan J. (1961-1962). “El Seminario libro IX, La identificación” clase del 16 de diciembre, inédito, traducción propia.

[29] Lacan J. El seminario libro XXIII, El sinthome, opus cit., p. 103

[30] Maleval J.C. (2000). La forclusión del nombre del padre, p.20. Buenos Aires: Paidós SAICF,

[31] Ibídem.

[32] Laurent E., Conferencia «El Sinthome», Lausana 2012, en Psicoanálisis inédito: http://www.psicoanalisisinedito.com

[33] Indart J-C De la Histeria sin nombre del padre, Opus cit., p. 37.

[34] Ibíd, p.37

[35] Ibíd, p.37-38

[36] Ibíd. p.39