Por Violeta Conde, José Luis Menéndez y Jesús Rubio (Equipo de Punto de Fuga)

Mila Ruiz H., (1961), nacida en Madrid. Inquieta desde muy pequeña por las artes visuales y el psicoanálisis más adelante, se formó en ambas disciplinas en Madrid, Londres y Nueva York. Vive y trabaja en la actualidad en Madrid desde el año 2000, entrelazando sus dos pasiones; la dedicación a la práctica del Psicoanálisis y la producción de obras de Arte Contemporáneo. Participa desde muy temprana edad en exposiciones individuales y colectivas en diferentes provincias e instituciones de España, Nueva York y Portugal.
Su más reciente intervención es la Conferencia Performática “Gestión de Residuos” con Araceli Fuentes, Luis Miguel Rodrigo, Esperanza Molleda y Denisse Nadeau, en la Sede de la ELP de Madrid en julio 2022 dentro del Curso de Lengüajes XI. Responsable del departamento de ARTE junto a Denisse Nadeau, en el Círculo Lacaniano James Joyce donde participa y colabora con su obra desde su inauguración en Mayo del 2016.
Hola Mila, qué gusto entrevistarte, además en tu casa donde tienes tu estudio, aquí rodeados de tus obras de arte, gracias por la invitación.
José Luis Menéndez. Me gustaría preguntarte, ¿tienes un material en particular con el que trabajes más habitualmente?
Mila Ruiz. Bueno, si tengo que definirme y elegir un material con el que más me identifico diría que es la pluma y la tinta. La pluma es algo con lo que yo me identifico desde que era muy pequeña, quizá desde los 13, 14 años. Me la llevo a todas partes. Me llevo mi cuadernito y voy haciendo mis dibujos, mis apuntes, mis escritos. La pluma se saca en cualquier sitio y en cualquier momento, y estos pincelitos de agua. Entre la pluma y el pincel de agua se pueden hacer virguerías. Es la pluma, cuando le echas agua, la que hace todas esas cosas, ella solita. La tinta sale de la pluma, se mezcla con el agua y se va y se expande, ella sola. Yo la pongo y ella luego hace sus cosas. Entre las dos nos llevamos bien.
José Luis Menéndez. ¿Y cómo surge la obra?
Mila Ruiz. ¿La obra? Cuando menos te lo esperas. En realidad, si te pones a buscarla no sale. Es del orden del encuentro, siempre. A lo mejor de pronto llega y digo, esto podría estar muy bien. Una imagen, una idea… Y a partir de ahí sale. Me suelen salir bastantes buenas ideas nadando, yo creo que debe de haber una cosa como entre el ritmo de la brazada, el cuerpo y la respiración, que el pensamiento va a donde quiera, y es un momento muy propicio, aparecen muchas inspiraciones, incluso soluciones para cosas que no sé cómo seguir y de repente, nadando ya sé cómo. Hay un cuadro de las propias ondas que vi en el fondo, entraba la luz así transversal, y al atravesar el agua se descompone, sale el arco iris, un montón de arcoiris en hondas en el fondo de la piscina… a través del movimiento de la natación, el mío y el de los otros, la luz hacía estas cosas y me decía, mientras nadaba, esto lo tengo que pintar. Me fijaba todos los días que hacía sol, y al final me puse y salió el cuadro “Imagine”. Es con respecto a la vida. Imagine como la canción de Lennon, ¿conocéis la letra?, me encanta pensar que este cuadro pueda hacer referencia a esas palabras de Lennon, y por imaginar que no quede. Imagine, imagine… Y así salió.
Jesús Rubio. No de la nada.
Mila Ruiz. Sí es de la nada, tiene que haber nada.
Jesús Rubio. Bueno, de la nadación… (risas)

Acuarela y tinta sobre papel y madera
120 x 60 x 4 cm
Mila Ruiz. Por cierto que ese cuadro fue seleccionado de entre unos miles, se seleccionaron 100, relacionados con el lema “Colors of the Rainbow: PRIDE 2022!” (Colores del Arcoíris: ¡ORGULLO 2022!) …cómo no, ese cuadro, sin yo saberlo iba que ni pintado, ¡nunca mejor dicho!, y sí lo seleccionaron.
Violeta Conde. Quería preguntarte por una frase tuya que me llamó la atención, la encontré en una web de varios artistas donde tienes puesta en venta tus obras…
Mila Ruiz. Sí, la de Singulart (www.singulart.com ) Ahí fue donde me seleccionaron entre los miles de artistas con los que trabajan. Es la última en la que me he metido, vende internacionalmente de forma online. Cualquiera de cualquier parte del mundo se interesa por tu obra y decide comprarte, pero hay que poner unos precios salvajes, porque, o sea, yo gano la mitad del precio que ponemos. Aunque hay gente para todo, así que hay que lanzarse. Yo tengo una página mía particular (www.soymilarte.com) que la hice como hice la de psicoanálisis, pero claro, ahí ya tiene que ir la gente específicamente a buscarte. De la página de Singulart me gustó la palabra, singulart, donde han juntado singular y art en inglés, o sea, el arte singular.
Violeta Conde. ¿Y qué quiere decir esto sobre el arte?
Mila Ruiz. Pues que siempre es singular. No sólo los artistas, sino que cada obra también. De hecho, cuando intenté venderme por ahí con galeristas muy al principio, hace por lo menos 35 años, me pusieron una pega, yo llevaba mi book y me decían “bueno y de todas estas, ¿quién eres tú?” Les digo, todas. Me dicen “no, pero elige ¿cuál es tu estilo?” Es que yo no tengo estilo, yo soy todas. Y eso a los galeristas no les va, porque tienen que coger algo tuyo para venderlo. Entonces si estás cambiando constantemente… Y yo no puedo repetir, ni puedo hacer más de lo mismo. Esto, dibujo a pluma, es lo que más estoy haciendo ahora, que está empezando a parecerse. Pero tampoco.
Violeta Conde. ¿Se parecen estas obras por la técnica?
Mila Ruiz. Por la técnica, porque es papel, sobre madera. Y luego yo dibujo con la pluma y tinta sobre el papel, y la madera. Al final le acabo poniendo una textura, o le pego papel o cuerdas, o metacrilato para que tenga ondulaciones y sombras y haga su propio juego.

Mix media (flores secas, tallos de paja, media de mujer, cera, tinta china, papel de seda…)
21 x 15cm
Violeta Conde. Te quería preguntar por una frase tuya, respecto a esto que dices de que la obra surge, de alguna manera con esto de la singularidad. La frase dice: «Sin límites, perdida en el espacio y el tiempo, creo obras de arte, que sé que de alguna manera estaban incluso más allá de mí«.
Mila Ruiz. Sí, así es. Las que yo considero que son mis mejores obras, son obras en las que entras como en una especie de trance. Por eso yo necesito mucho tiempo, y estar sola con la obra y el material a mi alrededor, porque si estoy pensando en el tiempo y el espacio, entonces ya estoy limitada, ya estoy que a tal hora nos tenemos que ir a comer o que hemos quedado para tomar unas cañas, o en hacer lo que sea… Yo necesito ponerme y decir: hasta donde llegue. Últimamente me está costando más hacerlo, pero cuando se puede me pongo delante de la obra, empiezo, y sigo, y sigo… Entonces, cuando llega la inspiración, la verdadera inspiración, que es como una especie de arrebato, entras en trance y ya no estás en ninguna parte, ni en el cuadro ni en ti. Es como una especie de transmisión. Uno se convierte en transmisor. ¿No?, yo soy un canal de algo. Suena un poco psicótico, ¿verdad? Pero es así.
Jesús Rubio. ¿No podría ser una relación con el inconsciente?
Mila Ruiz. No tengo ni idea. Pero yo no pienso. De hecho, ahí no pienso. Existo solamente, como un canal entre no se sabe qué y qué, no se sabe nada, solo se es, y es entonces una comunicación directa con la obra. Y la obra sigue y sigue. Y yo sigo como si yo fuera ese canal. Y el pincel es la prolongación de esa conexión o la espátula, o las manos, o lo que me salga utilizarse en ese momento.

Óleo, piedra pómez en polvo y aglutinante
122 x 59,5 x 5 cm
Jesús Rubio. Y eso me resonó un poco, no sé si era así. En la obra se habla también de escritura del pincel. Miller habla de la poesía en relación con lo escrito en uno. Entonces, ¿qué podrías decir de aquello que se inscribe en ti?
Mila Ruiz. Sí, pero es que en mí no se queda, sale. Yo soy una vía. Pasa por mí, yo soy como un canal de comunicación. En mí no se queda, nada, pero pasa por delante, más bien a través. Tiene que pasar por mí. Y sucede. Es una cosa que sucede. Y es un momento cuando digo que sin límites es porque no tengo absolutamente ni idea de la hora que es, pueden haber pasado dos minutos, cinco minutos, una hora, dos horas, un día entero. Ha habido veces que me ha parado un dolor de estómago, o el hambre, en ese sentido es un trance y sin límites. No me ha pasado muchas veces, pero cuando me ha pasado es una maravilla. Y es verdad lo que dice Picasso: la inspiración te tiene que coger trabajando. O sea, estás trabajando y de repente entras.
Violeta Conde. Como de un más allá de ti, a la obra…
Mila Ruiz. Por eso digo que es más allá de mí. Es algo que sucede ahí que me trasciende. Y cuando termino, no sé qué ha pasado. Pero no lo puedo mirar tampoco en ese momento, ahí se queda, yo me voy a otras cosas, y cuando vuelvo, siempre es algo bastante espectacular. Que yo misma me quedo como diciendo ¿y esto de dónde ha salido…? ¿Cómo ha pasado…?
Violeta Conde. Como que eres tomada por eso.
Mila Ruiz. … Sí, me dejo usar en ese sentido, estoy metida ahora en un cártel de psicoanálisis y arte que ya por fin lo he montado, tenía muchas ganas. Si lo pensáis, muchas veces lo hemos dicho en psicoanálisis, que el analista es el objeto a, para la analizante, tiene que estar en posición de objeto a, en el que se deja utilizar. Uno se deja utilizar por lo que la analizante esté colocando en ese momento en el analista, pero uno no tiene que poner de sí. Sin embargo, uno no ha desaparecido del todo y de ahí la transferencia. Entonces no es con cualquiera, y a su vez es muy similar a lo que pasa con el arte cuando es un momento de estos, en el punto en el que yo me dejo utilizar.
Jesús Rubio. Pones el cuerpo.
Mila Ruiz. Pongo mi cuerpo. Evidentemente soy yo. Tiene que pasar por mí. Si no, no pasa eso. Pero me dejo usar por no se sabe qué. Con esta obra, Onawa, que significa “amanecer” en Apache, me pasó varias veces.

Alabastro
33 x 35 x 26 cm
Jesús Rubio. Luego de esto, más allá de que el trance atraviesa, ¿deja huellas, deja marcas, aunque no te hayas dado cuenta?
Mila Ruiz. No he pensado nunca si deja huella o no. Suele ser mucho cansancio, pero es un cansancio muy maravilloso. Es como cuando has hecho mucho ejercicio y después del ejercicio te das la ducha. Es un momento sublime el de la ducha y sientes todo el cuerpo que ha estado ahí muy puesto, que te has dado una buena paliza, pero que es una gozada, que a su vez estamos relajados. Estás cansado y muy relajado. Esa es la huella que yo creo que podría decirte. Porque lo que hay ahí ya no es mío, ya no me pertenece. Yo he participado pero… es que es toda una guerra lo de las obras y la pertenencia. Eso lo estoy trabajando mucho en mi análisis (risas), esto de desprenderse de la obra, yo tengo un tema con eso porque me enamoro de las cosas que hago. Soy un poquito narcisa, ¿verdad? Entonces ahí me lo estoy currando, porque acaba siendo como ese objeto bello, más allá de lo que se entiende coloquialmente por belleza, que sucedió y que no te quieres desprender de él. Y la obra tiene que salir, tiene que circular. Por eso el meterme en esta página de venta online, es un poco por eso, por decir que venga quien sea por favor, que se la lleven, porque si no se acumula, ¿veis? -dice enseñando el estudio de su casa, lleno de obras- Se acumula y no puede ser. Tiene que salir. Tiene que conocer otros mundos, otras gentes que lo observen.
Violeta Conde. En todo caso, claro, hay algo de uno puesto ahí…
Mila Ruiz. Hay algo de uno que ha pasado y que se ha quedado ahí. Pero es que es como este intento de, o sea, el objeto a sabemos que no se puede atrapar… Está ahí para causar nuestro deseo, no se puede atrapar pero siempre lo quieres. Siempre hay algo ahí de posesión, ¿no? En el amor pasa eso que fastidia mucho, es mío y es para mí… Y hago mucha trampa porque a veces pongo unos precios tremendos… Entonces, ¡así no se vende!
Violeta Conde. Bueno y lo del cártel que comentabas, qué bueno…
Mila Ruiz. Estoy feliz, pero me ha costado un año. Hay gente interesada en el cruce entre arte y psicoanálisis. Y propuse a gente como más uno, Vilma Coccoz, Vicente Palomera, Marco Focci… pero están metidos en mil historias, entonces no había manera. Y hete aquí que he salido de más uno…
Violeta Conde. Yo tengo curiosidad por preguntarte ¿cómo empezó esto del arte para ti, qué relación tiene con tu historia? Y ¿cuál es tu encuentro con el psicoanálisis? En tu obra hay un interjuego entre arte y psicoanálisis pero no sé cómo ha surgido…
Mila Ruiz. Creo que efectivamente siempre ha estado conectado el psicoanálisis sin que yo lo supiera. Y el arte porque ha sido mi mejor manera de… ¿Cómo lo diría yo? es en términos del orden del encuentro, porque es en un encuentro conmigo misma. El arte siempre ha estado ahí, en mis momentos peores. Siempre ha parecido la posibilidad de hacer algún dibujo, unas rayas, una escritura… Una escritura siempre muy dibujada. Desde muy pequeña escribía poesías a mano y las ilustraba, con pluma por cierto. Y luego dibujaba cosas. Me hice mis cuadernos, me hacía mis propias publicaciones de poesías. Eso siempre ha estado ahí. Y momentos de estos de estar hasta las narices de todo. Recuerdo uno de mis mejores dibujos, era estando muy harta y muy aburrida en mi habitación, en verano que nunca, por distintas razones, me dejaban salir, tendría unos 12 años, me iba y ponía cosas de comer que me llevaba al cuarto, pero no tenía hambre, era un bocadillo de esos de pan de rosca con mucho volumen y corteza con salchicha… no me lo comía pero me puse a dibujarlo y me salió una cosa muy simpática. O sea que eso siempre ha estado ahí. Y yo creo que la relación con el psicoanálisis siempre ha estado ahí también, sin que yo me diera cuenta, que es mi propia locura. Mi locura me ha llevado de cabeza al psicoanálisis. Momentos muy amargos, momentos muy chungos, momentos muy difíciles, porque yo ahora estoy muy recompuesta, aquí donde me veis, son muchos años de análisis para estar hoy aquí llegando incluso a decir que amo la vida, mi vida y estar viva.

39 x 81 x 11 cm
En realidad, yo quería hacer Bellas Artes pero mi familia lo típico, te vas a morir de hambre, eso es para hippies, por qué no haces arquitectura, que es una carrera seria, ¿¿viste a Gaudi?? , fui, lo miré, me fascinó, por supuesto, y dije bueno si es esto, claro que sí, estudio arquitectura. Pero lo odiaba, aprobé una asignatura que es análisis de formas, ¿por qué?, porque es dibujo, pero el resto era una tortura, meter 30 escalones de un milímetro de separación entre ellos en un rectángulo de 2 cm de ancho, ¡sin que el rotring te hiciera un tachón!. Así que decidí que quería hacer Bellas Artes pero me rompí la mano derecha esquiando y no pude hacer el examen de entrada que había entonces, y me dije, bueno voy a hacer algo que me apetezca mientras me preparo para el examen de entrada del año siguiente, elegí psicología y luego todo el mundo me convenció de que si quería hacer arte, que lo hiciera por mi cuenta, que no entrara en Bellas Artes, que estaba lleno de artistas frustrados que te enseñaban solo a hacerlo peor que ellos. Una vez más me dejé llevar por lo que decían los demás. Hiciera lo que hiciera, la verdad es que nunca he dejado de hacer estas cosas, de pintar, de dibujar, de esculpir, de escribir. Pero me quedé en Psicología y hubo una asignatura en la que oí hablar del Yo, el Ello y el Superyó que resonó hasta la médula, esto sí tiene enjundia, me dije, porque el resto me parecía todo un poquito parafernalia… Y a partir de entonces, ya era el psicoanálisis lo que más me tiraba.
Jesús Rubio. ¿Y dónde hiciste la carrera de psicología?
Mila Ruiz. La hice en la Universidad Pontificia de Comillas. Competencia con mis hermanos. Tengo tres hermanos varones y todos habían estudiado en los Jesuitas, pregunté ¿Por qué yo no? porque eres chica… Cuando en el bachillerato abrieron clases mixtas en el último curso dije, yo voy a hacer el examen y mi entrevista. Me dicen ¿Usted sabe que nosotros somos de una orden religiosa? Y por entonces eso de la sinceridad lo llevaba yo como un auténtico estandarte así que dije, “Ya, a mí eso me da exactamente igual. Yo no soy religiosa, yo no creo en nada, pero sé que los jesuitas intelectualmente sois impresionantes y yo me quiero preparar intelectualmente con lo mejor, como mis hermanos. Me dijeron vale, pues tú sabes que hay otros colegios también muy buenos a los que puede ir… o sea que no me cogieron. Pero en la Universidad sí, ahí no había entrevista en ese entonces, no sé cómo será ahora, tenías que tener tus notas y poder pagarlo, ¡claro!
Jesús Rubio. Tengo una pregunta que me ha suscitado, que es sobre la relación tuya con la palabra. No sólo aparece en la poesía, sino también aparece en tus obras de arte. La gente en la obra de arte suele firmar, pero tú introduces la palabra en la obra de arte.
Mila Ruiz. Sí, porque desde el principio cuando yo escribía, dibujaba. Para mí la escritura ha sido dibujo también, siempre. Con las palabras siempre juego. Dibujo para jugar, se me deshace la escritura en el dibujo y viceversa… Por ejemplo, en una obra que colgué en facebook me sale un garabato. Pero el garabato también se compone en parte de la obra. Entonces a partir de la palabra arte se me va, se me va la pluma, se me va el trazo. Por eso lo del agua, el agua hace su efecto y yo hago el mío. Nos llevamos bien.

Tinta sobre papel.
21 x 15cm
Jesús Rubio. Es como una asociación libre. Necesitas suspender el juicio, dejar la mente en blanco.
Mila Ruiz. Es muy curioso también cuando hago algún tachón, pues los tachones son muy sugerentes, porque ahí empieza otro trazo distinto. Desde el tachón salen otras cosas y todos los tachones son muy interesantes.
Jesús Rubio. Es magia.
Mila Ruiz. La verdad es que sale solo. Sí, es que es muy curioso, no había caído en la cuenta.
Jesús Rubio. Sí, Ta ta, ta chán, ta ta ta-chón (risas).
Mila Ruiz. Es como una especie de baile. O sea, bailo con la tinta ¿no? Y con el trazo. Entonces es una especie de danza.
Violeta Conde. Yo creo que has hablado como de dos cosas. Una como lo que a partir de la mancha, del tachón, te sugiere y te dejas llevar, ante lo que me viene la referencia que hace Lacan en el seminario 19 cuando habla del muro, detrás del muro, en el muro, la escritura en el muro… y habla del moho, la mancha, de cómo el artista sobre esa mancha puede hacer algo. Esto por una parte, pero luego hablas también de algo que me parece que va por otra vía, como que te sobrecoge, que son otras veces, no siempre, en la que tú eres ahí una especie de medio…
Mila Ruiz. Eso es cuando aparece la inspiración a tope y ahí yo desaparezco. Digo sin límites porque se borran realmente los límites de mi persona. No está la persona. Pero esto otro tiene más que ver con el pensamiento que me coge de alguna manera y entonces ahí la pluma empieza sola a hacer sus virguerías, independientemente de mí, sus recorridos por el papel, mientras estoy pensando. Y luego hay un juego también con la luz, con el espacio, con el espacio vacío, con el positivo y el negativo. Por eso me gusta mucho la tinta porque es blanco y negro y toda la gama de grises en medio. Es un dejarse llevar y no pensar, aunque a su vez estoy pensando pero no en eso que hago, y cuando estoy pensando mucho se me va la pluma a sus propios derroteros… Es un poco evanescente como el inconsciente, aparece y desaparece, en este diálogo entre el pensamiento con palabras y el dibujo que es trazo, imagen, hay una pulsación ahí, el trazo te lleva a otro trazo y el pensamiento que aparece, es como un diálogo…. no sé cómo explicarlo, ¡algo así!.

Mix media (pigmentos y acetato de polivinilo, diferentes cargas, aglutinantes, trozos de apuntes en papel y pluma, restos de otros cuadros, serrín, papel de seda, cloruro férrico…)
100 x 100 x 4,5 cm
Jesús Rubio. Yo lo he entendido así, algo que no se puede ni atrapar, ni con la palabra ni con la escritura, ni escriturar como palabra o dibujo, algo que va más allá, algo que no puedes dar explicación de ello.
Mila Ruiz. Así es, no se puede dar cuenta de ello, sucede.
Jesús Rubio. Como esa marca, ese trazo del que uno no puede dar cuenta.
Mila Ruiz. Lo que pasa es que la marca ya está ahí, a partir de esa marca es que uno se pone a flipar, hacer, deshacer etc., pero esto es de otro orden.
Jesús Rubio. Sí pero a partir de ese tachón surge algo.
Violeta Conde. …Cómo aprovechar la contingencia.
Mila Ruiz. Sí hay mucho de contingencia, del encuentro, de lo inesperado, si no te dejas llevar, no se puede, aunque haya una idea preconcebida, también a esa hay que dejarla desenvolverse a su manera, crear es un poco eso, sin quererlo atrapar, dejarse llevar por lo inesperado…
Muchas gracias Mila, qué buen encuentro, has sido muy generosa con todos.
Mila Ruiz. Vosotros muchísimo más que habéis acogido este discurso que no sabe cómo explicarse.


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