Inmensa pérdida

Nota: Ante la reciente y triste pérdida de Diana Rabinobich, nos llegó un texto personal escrito por Mariana Parma, participante del Nucep. Nos transmitió su deseo de que fuese publicado, y desde el equipo de Punto de Fuga compartimos el deseo de recordar a Diana Rabinovich y rendirle homenaje. Queremos así hacerle mención, dándole lugar a la siguiente crónica testimonial.



Inmensa pérdida

Ayer por la noche, en la ciudad de Buenos Aires, falleció Diana Rabinovich, quien fuera destacada psicoanalista internacional y pionera del psicoanálisis en la Argentina. Fue Profesora Emérita de la Universidad de Buenos Aires, máximo título que un Profesor Regular puede alcanzar, así como fue condecorada por Francia con la Orden de Mérito por su trabajo de colaboración universitaria. Diana se destacó por sus traducciones al español y revisiones de los Seminarios de J. Lacan, publicados por Editorial Paidós, en la Argentina, entre ellos “ La ética del Psicoanálisis”.

A fines de la década de 1970, obtuvo su Doctorado en Psicoanálisis por la Universidad de París VIII. Integró el primer consejo asesor de la Carrera de Psicología en la Universidad de Buenos Aires, luego del retorno a la democracia, en 1983.

Yo no llegué a Lacan desde la literatura- dijo en una entrevista con Rodolfo Zibell-. Llegué desde el psicoanálisis, por lo tanto, Lacan fue el que me respondió a preguntas clínicas que yo tenía, a cuestionamientos que tenía respecto de mi formación kleiniana, de Melanie Klein. Empecé a leerlo, tomé clases con algunos, pero no fueron maestros para mí. Entonces me dediqué a estudiarlo.”

Su dominio del francés la ayudó a la hora de comprender la obra de J. Lacan. Junto a su esposo, el editor Carlos De Santos, dirigieron la Editorial Manantial, donde Diana realizó una prolífica producción de libros, referencias ineludibles en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Entre ellos “El deseo del psicoanálisis”, “La angustia y el deseo del otro”, “Modos lógicos del amor de transferencia”, “Clínica de las impulsiones”, “Sexualidad y significante”, “La Significación del falo”.

La primera vez que yo escuché hablar de Lacan fue gracias a Jose Bleger, quien nos relató su pelea con Daniel Lagache -contó-. Fui ayudante de Bleger y de David Liberman. A ellos les debo tanto porque realmente me formaron, especialmente cuando fui ayudante. Los grupos de alumnos eran pequeños. No existía la masividad que hubo después.

Diana padeció el gobierno de Ongania, la represión a los universitarios en la noche de los bastones largos mientras estudiaba medicina en la UBA y se exilió en Venezuela junto a su esposo y sus dos hijos, en 1975, antes que se proclamara el golpe de Estado en la Argentina.

Ya instalada en Caracas fundó el Movimiento Lacaniano. Organizó desde su exilio, junto a J.A. Miller la única visita que realizara Lacan a América del Sur, un año antes de su muerte, “Seminario en Caracas”, durante 1980. Fue el último Seminario que impartiera Lacan.

Con el retorno de la democracia, durante 1983, Diana vuelve a vivir en Bs As, y logra junto a un grupo de profesores la vuelta de la Carrera de Psicología a la Universidad de Buenos Aires, integrando el primer consejo asesor de la carrera. Enseña en la misma “Psicologia Clínica” y, luego de la creación de la “Cátedra Lacan” concursa el cargo en 1986 para la materia “Psicoanálisis I-Escuela Francesa”.

En lo personal, puedo ubicar que Diana fue quién me presentó formalmente a Lacan, ya que en mis primeros pasos en la Facultad de Psicología dí con su materia “Psicoanálisis I-Escuela Francesa” y a partir de allí comenzó mi formación como psicoanalista. Destaco su permanente compromiso con la educación pública y su enorme generosidad en su trasmisión ante los alumnos y colegas, rasgo diferencial, digna de un verdadero Maestro.

Diana, a sus 77 años, enfermó de coronavirus, lo que la llevó a internarse y ante lo cual no pudo recuperarse. Su corazón se detuvo, no así su presencia, que continuará en su ausencia.

Deja un vacío irreparable, tanto a nivel humano como intelectual. Su legado intelectual es enorme, y ha dejado causa y huella en todos los que la conocimos.


Mariana Parma
23/04/21