La vida es eterna en cinco minutos [1]

Por Yael Noris Ferri.

Freud da a conocer su artículo Sobre los recuerdos encubridores en el año 1899. En sus notas introductorias le cuenta a su amigo Fliess que el concepto “recuerdo-pantalla” funciona para ocultar un episodio posterior.

En este tiempo además investiga sobre las amnesias, el olvido, la memoria, y la sexualidad infantil, temas que parecen llevar el timón de sus preocupaciones. ¿Cómo funcionan estos temas? ¿Por qué recordamos?

Ciento veintiún años después el escritor argentino Martín Kohan publica su libro Me acuerdo, de Editorial Godot. En tan solo cien páginas el lector encuentra recortes fugaces de memoria, rayos que cortan el cielo para iluminar un tiempo, un detalle, un olor, una marca en el cuerpo, como una prenda, un dolor, un nombre, una canción, quizás una época. Algunos Me acuerdo de Kohan:

“El primer beso: con Marian.

Fue así: ella apoyó sus labios sobre los míos, y apretó”.

“Mi papá y mi mamá discuten en el auto.

Es de noche, es muy tarde.

Mi mamá, furiosa, se baja del auto, da un portazo y se va.

Se aleja con pasos rápidos. No vuelve.

Como no conozco la ciudad todavía, todos los lugares

me parecen alejados de mi casa. Se va a tomar un taxi, explica mi papá”.

“La tos de fumador de mi papá.

La afonía de fumador de mi papá.

La respiración agitada de fumador de mi papá”.

“Mi papá a mi mamá la llamaba ‘Gorda’, mi mamá a mi papá lo llamaba ‘Gordo’”.

Me acuerdo no es una bitácora cronológica del tiempo, no hay meses, ni días, ni años explícitos, es el canto musical de cada escena lo que se construye en cada página. Aparece una estética de la escritura reducida, pequeñas notas escritas como en un pentagrama. Pocos renglones que iluminan y marcan una vida.

La enunciación y narración de Kohan es la de un niño, y eso le puede impactar al lector. Hay un niño que divide el mundo de los adultos y el de la infancia. Escuchamos y miramos cómo subraya cada vivencia, cómo puede narrar el escenario de la casa, los amigos de la cuadra, la hermana, la bobbe, el abuelo y lo vital de una infancia.

Vuelvo a Freud. Él quizás intentaba transmitir que la memoria no importaba para el psicoanálisis como una facultad intelectual, cognitiva, o mental, sino que nos abría a la función del recuerdo y el olvido. Todo recuerdo es encubridor y esa será su mayor premisa. Pero no sólo es el detalle de lo que esconde (un recuerdo) sino su invitación a poder leer que estamos asistiendo al concepto de realidad psíquica. El escrito de Freud Sobre los recuerdos encubridores nace (y no debemos olvidarlo) desde la práctica que él sostenía con sus analizantes. En el inicio de su artículo escribe “Dentro de la trama de mis tratamientos psicoanalíticos (de histeria, neurosis obsesiva, etc.) muchas veces me he visto en la situación de tener que ocuparme de fragmentos de recuerdos que al individúo le han quedado en la memoria desde los primeros años de su niñez”. Su preocupación es investigar el material clínico de sus analizantes. El artículo es una prueba de la rigurosidad que Freud coloca a situar el concepto de recuerdo. Pero va más allá aún. Lo liga a “las vivencias infantiles” y a la vigencia que podríamos sostener de que, hoy en día, el tratamiento psicoanalítico propone que el analizante pueda hacer un uso de esos recuerdos.

Lacan lector de Freud volverá a invitarnos a trabajar la función del olvido y el recuerdo en su artículo titulado Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis. Allí escribirá una vuelta a Freud y abordará que se puede acceder a documentos- archivos. Así afirma: “El inconsciente es ese capítulo de mi historia que está marcado por un blanco u ocupado por un embuste: es el capítulo censurado. Pero la verdad puede volverse a encontrar; lo más a menudo ya está escrita en otra parte. A saber: (…)

—en los documentos de archivos también: y son los recuerdos de mi infancia, impenetrables tanto como ellos, cuando no conozco su proveniencia; (…)”

El libro de Kohan es una extraordinaria invitación a los analistas para volver a leer a Freud. Kohan se inspira para realizar este estilo de escritura en el libro de George Perec, Me acuerdo compuesto por 500 sentencias sobre la vida cotidiana de la cultura europea. Al inicio de su libro encontramos una cita del mismo Perec: “Un libro digno de ser copiado”, que hace referencia a otro libro Me acuerdo, esta vez de Joe Brainard. Estamos los lectores presentes frente al tercer Me acuerdo que asiste como todo recuerdo, atisbos de una generación infantil, una cultura, una rítmica en la vida de los años 70.

El acto que realiza Kohan de copiar un estilo, me recordó aquella cita de Germán García en su libro Derivas Analíticas del Siglo donde enuncia: “En la enseñanza se trata de eso, de una novedad que realiza un deseo antiguo: es lo que Jacques Lacan llamó retorno a Freud”.La operación del retorno a la que el escritor argentino nos invita consiste que en toda copia no aparecerá otra cosa más que lo singular de cada sujeto, “digno de ser copiado”.

Entonces el libro invita a celebrar el recuerdo como operador singular de la mano de la escritura. Escritores de una trama nueva aún en los Me acuerdo. Copiar a Freud puede ser una gran invitación hoy.

Notas

[1] El título corresponde a un fragmento de la canción Te recuerdo Amanda, de Victor Jara, músico, escritor, director de teatro asesinado tras el golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre 1973. Jara fue detenido por las Fuerzas Armadas de la dictadura militar recién establecida debido a su militancia en el Partido Comunista de Chile. Fue torturado y asesinado en el antiguo Estadio Chile, que con el retorno de la democracia fue renombrado “Estadio Víctor Jara”.

La canción Te recuerdo Amanda es un himno político de Chile que habla de las precarias condiciones laborales de los obreros y del descanso de 5 minutos que tiene una pareja que aprovecha para verse. Está inspirada en sus padres Amanda y Manuel Jara. La canción fue puesta en los balcones de Santiago de Chile, en octubre de 2019 en pleno conflicto político y social del país.

Bibliografía

– Kohan, M. (2020) Me acuerdo, pág. 32. Buenos Aires. Editorial Godot.

– Ibíd., pág.46.

– Ibíd., pág.47.

– Ibíd., pág.55.

– Freud, S. (1981). Sobre los recuerdos encubridores. En Obras Completas, Vol.3. Buenos Aires: Amorrortu.

– García, G. (2014). Apuntes sobre el pasado para el porvenir. En Derivas analíticas del Siglo. Buenos Aires: UNSAM.

– Lacan, J. (2002) Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis, págs.251, 252. En Escritos 1. Buenos Aires: Paidós.

– Página 12. (2019). «Te recuerdo Amanda», la canción que sonó desde un balcón en Chile. Sitio web:https://www.pagina12.com.ar/226698-te-recuerdo-amanda-la-cancion-que-sono-desde-un-balcon-en-ch