Lacan y el problema de la realidad.

Por Joaquín García.

 

El presente texto intenta responder lo más claramente posible (si eso es posible en Lacan) sólo a una pregunta: ¿Qué entendía Lacan por la realidad? Pretende ser un artículo sugerente, propiciar el debate, alentar otras investigaciones más que agotar el tema. Comencemos:

 

El Otro incompleto: primer límite a la Realidad

El seminario que tenía como tema el deseo, afectaría también directamente a su concepción de la realidad. Allí enunciará su: “No hay Otro del Otro” [1]. El Otro pasaba así a estar barrado, con importantes consecuencias para entender las psicosis, consecuencia de que haya inscripción en el Otro o no, del Nombre del Padre. Esta falta aclara que “se produce en el nivel del Otro en tanto que lugar de la palabra, no en el nivel del Otro en tanto que real” [2].

El Otro no dispone de un significante que pudiera definir el ser, se descarta pronto en la teoría de Lacan la pretensión objetivista del cientificismo. Esto es: el acceso a una realidad que fuera transparente. La Cosa en sí está perdida de antemano por el lenguaje. No hay verdad con mayúsculas. Lo que no significa que existan estructuras y contextos sociohistóricos, que definan producción de subjetividades en cada época.

Sobre el discurso histérico:

“La ambigüedad de la revelación histórica del pasado no proviene tanto del titubeo de su contenido entre lo imaginario y lo real, pues se sitúa en lo uno y en lo otro. No es tampoco que sea embustera. Es que nos presenta el nacimiento de la verdad en la palabra, y que por eso tropezamos con la realidad de lo que no es verdadero ni falso” [3].

Al no haber una verdad verdadera, deja de existir también una diferencia neta entre verdad y mentira, realidad y ficción. Verdad mentirosa o mentira verdadera son solo dos caras de la misma moneda. La realidad pasa a ser verdad ficcionalizada, mito operativo, semblante de saber sobre determinada verdad o, más poéticamente expresado, una suerte de singular producción de lo verdadero [4].

Límite fecundo, pues gracias a la incompletud del Otro, puede darse el deseo.

 

De un posible nexo entre Real y realidad

Propongo las siguientes citas, para la argumentación:

“Es el mundo de las palabras el que crea el mundo de las cosas, primeramente, confundidas en el hic et nunc del todo en devenir, (…)” [5].

No hay ninguna realidad prediscursiva, cada realidad se funda y se define por un discurso” [6].

“el objeto a, (…) el primer referente, la primera realidad, la Bedeutung que resta, porque ella es, después de todo, todo lo que resta del pensamiento al final de todos los discursos” [7].

“La palabra (…). Precisamente porque introduce lo que no es, puede también introducir lo que es. Antes de la palabra, nada es ni no es. Sin duda, todo está siempre allí, pero sólo con la palabra hay cosas que son -que son verdaderas o falsas, es decir que son- y cosas que no son” [8].

Lacan entiende que es el mundo de las palabras el que crea el mundo de las cosas, y no al revés, fundamento de su mot-erialismo. La incompletud del Otro conlleva que el lenguaje no sea referencial, de lo que se desprende también que no haya metalenguaje.

Algunas formas de pensar la “relación” entre Real y realidad:

Primera: El lenguaje funda la realidad, y lo Real es lo que resta del pensamiento al final de todos los discursos.

No hay realidad prediscursiva, antes de la palabra nada es ni no es: el lenguaje funda cualquier realidad, incluido lo Real. Lo Real sería lo que va quedando por fuera, más allá o más acá, del funcionamiento del significante. Lo no del todo decible: lo que resta del pensamiento al final de todos los discursos. Sería un subproducto o residuo de la inserción del humano en el lenguaje, descompletando la realidad simbólica-imaginaria. Según esta versión la realidad traería al objeto a, aparejado, repetición de la imposibilidad de escritura. En Encore, después de la cita de no hay realidad prediscursiva comienza a aludir a lo que no anda, la no-relación sexual, lo real. Lo Real derivando de la realidad del lenguaje…

 

Segunda: Lo Real es previo al lenguaje.

Aunque la palabra introduce lo que es y lo que no es, sin embargo, lo Real está siempre allí. Siempre incluye en su lógica pasado, presente, futuro. En esta lectura, lo Real sería previo a la entrada del significante, -lo entendamos como biológico u otro existente-, que luego es simbolizado, considerando que el objeto a es el primer referente, la primera realidad. Esta creo que es la concepción más extendida en la actualidad. Que rija una “inadecuación del lenguaje a la realidad sexual”, [9] inadecuación entendida como radical, lo que no significa tampoco que la realidad sexual defina todo el campo de la realidad.

 

Tercera: Lo real y la realidad humana son cofundados por el lenguaje.

Lacan problematiza su afirmación no hay realidad prediscursiva, diciendo que el objeto a es la primera realidad. Entonces, hay que admitir que hay dos realidades primeras: lenguaje y objeto a. ¿De qué forma conviven?

No propongo una solución dialéctica, está basada en la física cuántica. La teoría de Lacan de la realidad es una subversión radical del pensamiento ordinario y creo que tiene mucho del gato de Schrödinger: ¿acaso no es el sonido a su vez música, lenguaje y también estructura, matemática? ¿La palabra dicha no es a su vez voz, objeto a, y a su vez significante, simbólico-imaginaria? ¿No es la luz simultáneamente onda y corpúsculo?

No es quizás por tanto que no exista lo originario, sino que no existe lo más originario. En esta búsqueda es fácil el extravío. El problema del huevo o la gallina no tiene solución desde una óptica dualista. ¿Pero no puede existir acaso un monismo dualista?  Uno apasionante podría ser la realidad según Lacan.

Creo que en el juego del fort-da, están presentes a la vez, el objeto a y la realidad del lenguaje. Desde los primeros balbuceos del infans, ya opera el: «Yo, la verdad, hablo…» [10]. Primeras simbolizaciones, co-fundación a un tiempo de Real y realidad.

No como dos caras que son en realidad la misma como en la banda de Moebius, sino como realidades simultáneas, que son y no son a la vez, que aparece una u otra según la óptica del investigador, del psicoanalista (véase: la luz). Un ejemplo privilegiado de esto sería el nudo borromeo donde no se puede pensar el objeto a, sin recurrir a los tres registros RSI, ni viceversa. Por eso: hinc et nunc, allí y ahora, al mismo tiempo.

De cada forma de entenderlo, pueden derivar distintas clínicas.

 

¿Lo real no es una realidad?

Leyendo a Lacan, da la impresión de que opone Real a realidad.

Podría entenderse que lo Real comprende también una realidad, con la salvedad de que sería una realidad de distinta naturaleza, un mundo con distintas leyes: “La escritura, la letra, está en lo real, y el significante, en lo simbólico” [11]. Lo cual no significa evidentemente que no tenga incidencias en la subjetividad.

En último término, cada registro del nudo puede pensarse como una realidad, no existiendo La realidad al completo. La escritura puede ser un pasaje privilegiado entre lo simbólico y lo real, compromete tanto al significante como a la letra, los tres registros del RSI y un posible anudamiento entre ellos.

 

La invención de la realidad por la cura: la dimensión del fantasma.

Partamos de esta cita:

“La realidad del “listo-para-llevar”, que hace el marco del fantasma, y que constituye toda la realidad humana, no es otra cosa que el montaje de lo Simbólico y de lo Imaginario; ella se distingue de lo Real, que nunca es más que entrevisto, cuando la máscara, que es la del Fantasma, vacila” [12].

Listo para llevar, porque es como una especie de cámara con autoencendido. Como un campo magnético que substrae continuamente la cadena significante, como un vasallo que hace pasar siempre el agua por su molino.

Montaje simbólico-imaginario porque constituye gran parte de lo que el neurótico puede decir con significantes (palabras e imágenes), metafórica y metonímicamente, la realidad humana.

Marco porque establece un orden en el mundo, dirige el discurso y la mirada. Y porque es una primera separación del Otro, precaria, pero muy importante.

Comporta también Lo real, pero sólo es entrevisto cuando el fantasma vacila. La bondad del nudo es que no se puede pensar los tres registros sin el objeto a, ni viceversa. Si el fantasma constituye hasta tal grado la realidad y la vida de cualquiera, es porque implica a los tres registros.

El problema del fantasma a mi parecer no es que no sea verdadero, sino presentar una versión demasiado estrecha, fija, repetitiva de la realidad. Limitante, a fin de cuentas. No enteramente dialéctico. La diferencia con el delirio o la certeza psicótica es que sí puede ser conmovido.

A esto creo alude Lacan con “el poco de realidad” que sería “lo que nos está permitido abordar de realidad permanece enraizado en el fantasma” [13], en consonancia al “yo concebido como correlativo de una realidad absoluta” [14]. El poco de realidad y lo absoluto del yo sólo tienen diferencia aparente. En el fondo, se asemejan mucho.

Un fin de análisis podría ser separarse de la “realidad absoluta del yo” y de la estrecha versión del mundo proporcionada por el fantasma, quedando escorado de una posición central, en cierto margen de la realidad. No siendo eliminable, no podrá concebirse una realidad totalmente exterior al fantasma, pero sí puede estar relegada de un lugar protagonista, propiciando nuevos movimientos deseantes: hacer de la vida algo más original, que no es poco.

 

¿Y el deseo?

En el seminario La lógica del fantasma se lee que “el deseo y la realidad están en una relación de textura sin corte” [15], banda de Moebius mediante. El deseo en su viaje junto al lenguaje da vueltas, tropieza, no siempre anda, se dice muchas veces lo mismo, el neurótico es el que tropieza. Si el deseo es su interpretación, es porque realidad y deseo son co-extensos. Aparecen al mismo nivel, aunque no sean idénticos.

Y si “el deseo es la esencia de la realidad.” [16], es porque en gran medida, la realidad, la vida, el mundo -siempre en singular-, es lo que uno ha podido hacer con su deseo.

 

Los callejones sin salida del concepto realidad psíquica

Pienso que desde Freud el concepto de realidad psíquica se ha aceptado como un statu quo en el discurso analítico. Propongo una problematización que no sea dogmática:

El primer problema es que en contraposición podría existir una realidad que sí sería objetiva. Peligrosamente podría acabar siendo la forma de ver la vida del terapeuta. Final de análisis = identificación con el analista como Ideal, con su realidad y forma de ver las cosas. El viejo problema de la “adecuación a la realidad” y el conflicto fantasía inconsciente vs realidad objetiva.

Creo que el problema de los pacientes que nos consultan no es que no sean capaces de adaptarse a la realidad, ni que estén excluidos o no se inserten en la realidad, sino que han inventado una realidad que los excluye a sí mismos. Entiéndase: a su deseo.

La queja de que el mundo no está bien hecho (que es cierto, además) o que es contrario a sus intereses y contra el que hay que luchar (versión paranoica), traduce que no son capaces de inventar otra realidad, que pueda alojar una vida más vivible, compatible con la castración simbólica y el deseo. La realidad no sólo se construye: también puede inventarse. Si la realidad es una ficción, es decir, una metáfora, pueden ser posibles otras ficciones. En función de la estructura y la singularidad, cada uno construirá su propia versión subjetiva de la realidad. Las posibilidades de invención son menores en la psicosis, evidentemente.

Otro problema muy importante es que este concepto convoca fuertemente la idea de lo exterior y lo interior. Creo que para Lacan la realidad puede ser tanto exterior como interior. ¿No es también el Inconsciente exterior-interior, éx-timo? Quizás dejan de ser útiles las categorías freudianas de principio de realidad (lo exterior) y principio del placer (lo interior). Creo que Lacan con la apuesta por la lógica, los grafos y su topología (más radicalmente con el nudo), subvierte en gran medida estas categorías.

Realidad psíquica en todo caso, pero no como concepción unitaria y homogénea, que respondería a la captura imaginaria del yo, sino heterótopa [17].

 

La realidad psíquica en el nudo borromeo

En R.S.I Lacan critica el concepto de realidad psíquica freudiano, aunque no se homologue a la realidad psicológica (sistema percepción-conciencia). Lo asocia a realidad religiosa y al complejo de Edipo. Aunque opone realidad operatoria a realidad psicológica, mantiene pese a todo el término realidad psíquica para su formulación, diciendo que es lo que anuda los tres registros, está implícito en el nudo. ¿Intento de seguirse inscribiendo freudiano?

“…hablan de realidad psíquica. Sí, yo no llamaría a nada con un término semejante, porque la psiqué, justamente, es lo que todo el mundo trata de evitar” [18].

Lacan critica los conceptos que provenían de la psicología y Psique podía representar un concepto de mayor dignidad. Pero ¿por qué la psiqué es lo que todo el mundo trata de evitar?

Si el R.S.I es la solución que dio Lacan al problema de la realidad, entonces quizás los apellidos “psíquica”, “simbólica”, “humana”, pueden ser más un problema que una solución para la clínica.

 

…a modo de conclusión

Desde Lacan, se puede sostener que hay y no hay realidad prediscursiva. La realidad es para él el nacimiento de la verdad en la palabra.

Lo Real puede ser entendido también como una realidad -una realidad con incidencia muy importante en la subjetividad, además-, a condición de pensarla como una realidad de otra naturaleza distinta a lo simbólico-imaginario. Realidad a-significante, no del todo decible, solo formalizable matemáticamente.

Lacan relaciona la realidad, entre otros, con dos conceptos centrales de la teoría psicoanalítica, el fantasma y el deseo. A este último lo considera la esencia de la realidad.

El RSI es la singular respuesta de Lacan y la más completa de su teorización, al problema de la realidad. Dejo a los lectores la respuesta de si el concepto de realidad psíquica orienta o no en el trabajo con nuestros pacientes.

 

Notas:

[1] “El deseo y su interpretación”,13/05/1959, p. 21.

[2] p. 21.

[3] En “Función y campo…. Esc. I, p. 248.

[4] Título de un cap. de Bertrand Ogilvie. (ver bibl.)

[5] En “Función y campo…”, p. 267.

[6] “Encore”, 9/01/1973, p. 15.

[7] “La lógica del fantasma”,16/11/1966, p. 23.

[8] “Los escritos técnicos de Freud”, 9/06/1954, p. 333.

[9] “La lógica del fantasma”, 18/01/1967, p. 6.

[10] En “La ciencia y la verdad”. Esc. II, p. 823.

[11] “De un discurso que…”, 12/05/1971, 19.

[12]  “La lógica del fantasma”, 16/11/1966, p. 2.

[13]  “Encore”, 20/03/1973, pág. 11.

[14]  En “Función y campo…”. I, p. 292.

[15]  “La lógica del fantasma”, 16/11/1966, p. 11.

[16] 16/11/ 1966, pág. 17.

[17] En “Posición del inconsciente”, II, pág. 791.

[18]  “S.I”, 15/04/1975, p. 8.

 

Bibliografía:

– Lacan, J. (1981). Los escritos técnicos de Freud. Seminario 1. Buenos aires: Paidós.

– Lacan, J. (2010). El deseo y su interpretación. Seminario 6. crít. de Ricardo Rodríguez Ponte. Esc. freudiana Bs. As.

– Lacan, J. (2009). La lógica del fantasma. Seminario 14. crít. de Ricardo Rodríguez Ponte. Esc. freudiana Bs. As.

– Lacan, J. (sin fechar). De un discurso que no sería (del) semblante. Seminario 18. Ed crít. de Ricardo Rodríguez Ponte. Esc. freudiana Bs. As.

– Lacan, J. (sin fechar). Otra vez (Encore). Seminario 20. Ed. crít. de Ricardo Rodríguez Ponte. Esc. freudiana Bs. As.

– Lacan, J. (sin fechar). R.S.I. Seminario 22. Ed crít. de Ricardo Rodríguez Ponte. Esc. freudiana Bs. As.

– Lacan, J. (1971). Escritos I. Siglo XXI Eds.: Argentina.

– Lacan, J. (1975). Escritos II. Siglo XXI Eds.: Argentina.

– Ogilvie, B (2008) La producción de lo verdadero. En Plon, M y Rey-Flaud (Dir.) La verdad. Entre psicoanálisis y filosofía. Buenos aires: Ed. Nueva visión.