Por Paulina Salinas Olivares
Si bien la Pandemia del COVID-19 durante este tiempo ha tendido a detener el movimiento de los cuerpos, por suerte el deseo insiste, y mueve. Fue ese movimiento que ha permitido vivir la experiencia de estar en contacto con diferentes espacios del Campo Freudiano y de la AMP en el país del psicoanálisis. Si bien aún no ha sido posible viajar en cuerpo, el deseo de formación ha tocado, y ha generado algunas preguntas gracias a los buenos encuentros producidos, aun vía el zoom. Es por ello que me pregunto por los efectos de transmisión de un discurso, y si se transmite, incluso así online, qué es lo que se transmite. Poder escribir de esto me permite situar un punto con relación al tiempo, ese que está por venir, y que si llega está por verse. Dicha lectura con relación al tiempo por venir, se puede encontrar en aquellos que nombramos como nuestros pilares: clínica, política y episteme. Abro con esto entonces una humilde lectura que me ha despertado y me causa a compartirlo tomando la pasión de la ignorancia, para hilar mi pregunta.
Posición analizante-enseñante
Cómo se transmite en psicoanálisis, es una pregunta que no cuenta con La respuesta, sin embargo (me) causa a leer qué efectos tiene la enunciación de quién transmite. Quizás lo que se transmite, es un punto dónde hay un consentimiento a encontrarse con la ignorancia, saltar el rechazo al yo no quiero saber nada de eso y desde allí buscar, buscar responderse – tal como se hace en un análisis– en posición analizante. Eso aleja radicalmente de la posición del discurso universitario, que en ocasiones tiende a la infatuación, sino más bien, lo que causa es un no saber vivo que causa a un saber por venir. Tomo como brújula “Entonces, cuando enseñamos, cuando pensamos, cuando intentamos pensar como psicoanalistas, resulta con todo muy ventajoso que sigamos en relación con nuestro yo no quiero saber nada de eso, simplemente porque es algo que no se agota nunca” [1]. Fecunda manera de relacionarse al no saber.
“Todo en un análisis ha de ser recogido… como si nada hubiera quedado establecido en otro lado” [2]
Con relación a la práctica, esta también nos enseña, enseña según la época y su discurso, nos enseña que “el inconsciente es la política”, nos enseña que es móvil, y nos enseñará según los efectos. Será solo por sus efectos que veremos si una interpretación provocó olas. Una práctica por inventarse, tal como lo abrió el ultimísimo Lacan.
Miller, en la Presentación de «Lacan Redivivus» sobre la experiencia analítica, destaca que se requiere no anticiparse frente a un caso, señala “esto es básicamente lo que Lacan llama la «pasión de la ignorancia», la pasión de descartar el saber que conocemos para abrirnos al saber que va a llegar, lo que supone que uno admita su ignorancia” [3].
A su vez, en la práctica analítica orientada por el no hay relación sexual, “el analista – como lo menciona Hilario Cid de manera muy bella– la sufre, sufre de la castración del Otro…Pero cuando en la sesión analítica pone en juego su pasión de la ignorancia testimoniando de su serio interés por la palabra que dará lugar a la escritura del texto inconsciente de su analizante, ahí está actuando precisamente como objeto (a).” [4]
De ello no hay garantías, nada certifica que el analista ocupe ese lugar. Solo se constará por sus efectos.
“…el deseo del analista es contrario a un horror al saber” [5]
El a, causa del horror al saber, sostiene y encierra la castración, motor de dicho horror, “afirmar que se vuelve analista significa que donde estaba la causa del horror al saber emerge una causa del deseo de saber”, lo que permitirá causar a otro sujeto a trabajar por alcanzarlo.
Ahora, si eso lo llevamos al ámbito de la Escuela, y el a como causa analítica, ella pone a sus miembros a trabajar decididamente por un trabajo por venir, sin garantías de ello, ya que está por verse si ese trabajo adviene.
«No hay analista si ese deseo -de saer- no le adviene» [6].
De la recién pasada Cita con el Pase, tomo el hilo por cómo avanzar en el saber epistémico, y cómo el Dispositivo del pase es fundamental para ello, enfatizando que por ejemplo, no todo se condensa en el testimonio de un AE, sino que todo el dispositivo puede iluminar algunos puntos oscuros entorno a la formación del analista, como señalaba Graciela Brodsky, en su comentario sobre su informe “Siete puntos para conversar sobre el pase en la EOL ( y más allá)”.
Traigo ese punto porque me hace pensar justamente en “trabajadores que vayan contra la ignorancia, en el sentido de la represión”, trabajadores dispuestos a leer-se en los diferentes dispositivos que encarnan, si es que se consiente a ello tanto en la cínica, política y episteme.
Agradezco entonces la oportunidad para dar una pequeña vuelta a mi lectura sobre cómo se transmite en psicoanálisis si se consiente a estar en relación con (nuestro) yo no quiero saber nada de eso, como la transmisión de un saber por venir-vivo.
Notas y referencias bibliográficas
[1] Miller, J.A. (2014). Posición del analista. En Sutilezas analíticas. Pág. 49. Buenos Aires: Paidós.
[2] Lacan, J. (2012). Introducción a la edición alemana de un primer volumen de los Escritos. En Otros Escritos. Pág. 583. Buenos Aires: Paidós.
[3] Miller, J.A. En la Presentación de «Lacan Redivivus» (inédito), en Psicoanálisis inédito Sitio web: https://psicoanalisislacaniano.com/2022/02/05/jam-presentacion-lacan-redivivus-libreria-mollat-20220205/
[4] Cid, H. Pasión de la ignorancia. En El psicoanálisis nº 20.
[5] Miller, J.A. (2010). La causa y el discurso. En El banquete de los analistas. Pág. 265.Buenos Aires: Paidós.
[6] Lacan, J. (2012). Nota italiana. En Otros escritos. Pág. 329. Buenos Aires: Paidós.
[7] Brodsky, G. (2022). Siete puntos para conversar sobre el pase en la EOL (y más allá). En Cita con el pase 2022 (inédito)
[8] Miller, J.A. (2010). El banquete de los analistas. Pág. 175. Buenos Aires: Paidós.